Este humilladero fue mandado levantar en 1785 por D. Miguel de Gálvez para inmortalizar la importancia de una serie de infraestructuras que fueron construidas por orden suya: tres fuentes públicas, un lavadero cubierto, una carnicería y empedrado de las calle. La construcción realizada en ladrillo se asemeja a los monumentos conmemorativos romanos y consta de un basamento sobre el que se erige un arco cuadriforme rematado por un copulín. En el templete se conserva una placa de mármol, original del siglo XVIII y en la que se recuerdan las obras citadas y los cargos que ostentaban D. Miguel y D. José de Gálvez. A este templete las gentes del pueblo le llaman «Calvario», porque era donde se hacía el Vía Crucis en Semana Santa.